26.10.07

La foto del recuerdo 4



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22.10.07

“Sí, me enamoré de él”

La última pareja del caníbal de la Guerrero ofrece su particular versión sobre el presunto homicida

A principios de agosto pasado, Verónica conoció a José Luis Calva Zepeda, el presunto homicida serial de mujeres, a quien, además, se investiga por actos de antropofagia.

“Se me acercó y me dijo que yo le gustaba –narra la mujer de 40 años–. Se presentó, me dijo que era escritor y me preguntó que si quería ser su novia”.

Como sus anteriores víctimas, Verónica es una madre soltera, con el cabello largo, empleada de las farmacias del Doctor Simi. De hecho, el acercamiento que describe ocurrió en la Alameda Central, donde ella se encontraba en una campaña de afiliación a la empresa de fármacos similares.

Además, lleva el mismo nombre de la primera mujer asesinada con la que se le relaciona, aquella cuyo cadáver descuartizado amaneció en 2004 en un panteón de Chimalhuacán.

“En un principio, yo no contesté a su propuesta sentimental, pero luego de unos minutos me volvió a preguntar y yo le dije que sí”.

Así inició un romance de 15 días del que la mujer da cuenta ante la prensa, justo en la puerta del Hospital Xoco, donde el llamado Caníbal de la Guerrero convalece de un traumatismo craneoencefálico, resultante de la intrépida acción con la que intentó eludir a la policía (saltar del balcón de su departamento, en un cuarto piso, y luego emprender una carrera a pie, que acabó en atropellamiento).

“El José Luis Calva Zepeda que yo conocí es completamente diferente al que presentan en los medios”, señala, antes de reconocer que la policía nada sabía sobre su relación y, por lo tanto, no ha rendido declaración alguna ante las autoridades.

“El día que lo conocí, me invitó a caminar. Nos sentamos en una banca de la Alameda y estuvimos platicando mucho tiempo. Me leyó muchos de sus versos y me regaló dos libros, el de Caminando ando y uno de poemas. Yo me emocioné mucho, porque me dijo que era escritor. En otra ocasión me invitó a comer y me regaló una rosa blanca”.

Así fue como José Luis conquistó a su última novia, siguiendo una mecánica similar a la que describen los familiares de las dos mujeres cuya muerte se le atribuye, Verónica Martínez Casarrubia y Alejandra Galeana Garabito (ésta última, hallada sin vida, con una pierna y un brazo mutilados, dentro del clóset del escritor).

Otro asesinato más se le achaca, el de una trabajadora sexual apodada La Jarocha, cuyo cuerpo fue descubierto en abril pasado, en Tlatelolco.

Sin embargo, a diferencia de las otras mujeres, Verónica albergó dudas sobre el personaje que recién conocía y se abocó a investigarlo.

Dos días después de su primer encuentro, su hija adolescente se dedicó a buscar en internet alguna referencia al supuesto escritor de poemas, obras de teatro, guiones de cine y novelas, todos de terror, sin encontrar nada.

“Ese hecho me ayudó a no involucrarme tanto con él y la relación sólo duró unos 15 días, aproximadamente. Nunca le di el teléfono de mi casa ni mi dirección, únicamente mis dos números de celular. Además, nunca estaba en casa y quizás me buscó, pero no me encontró.”
José Luis Calva Zepeda, según el testimonio de Verónica, bregaba entre dos personalidades, que se combatían una a la otra, como si dos seres completamente distintos habitaran dentro suyo.
“Él me dijo que su nombre era José Luis Calva Zepeda, pero me recalcó que ya sólo era José Zepeda y que no quería ser más Luis Calva, porque Luis Calva había muerto. Me dijo que ya no quería saber nada de Luis Calva, porque ese individuo era malo”, afirma convencida.

Por un momento, los agentes judiciales que vigilan la habitación donde se encuentra el presunto homicida intentan obtener información de la mujer que, en la puerta del hospital, se reclama como su última pareja sentimental. Ella los evita.

“Dirán que estoy mal de la cabeza por querer ver a una persona que es asesina, pero es que a mí no me pareció esa persona, yo conocí a José Zepeda, yo no conocí a Luis Calva, como él me decía... Los días que anduve con él, fue buena persona, para mi fue el escritor, la persona que tenía muchas ilusiones”.

“Me enamoré de él porque era simpático y guapo. Con él, todo era padrísimo, me cautivó, siempre me decía ‘sé buena madre, cuida a tus hijos, no los sueltes y no permitas que nadie los maltrate”.

Luego, medita unos segundos la validez de su respuesta, como si fuera necesario convencer a los demás, para luego convencerse ella misma, y al fin murmura: “Se me hizo triste que nadie lo venga a ver”.

El José Luis Calva Zepeda que yo conocí es completamente diferente al que presentan en los medios de comunicación.”

Me recalcó que ya sólo era José Zepeda y que no quería ser más Luis Calva, porque ese individuo era malo.”

La relación sólo duró unos 15 días. Nunca le di el teléfono de mi casa ni mi dirección, únicamente mis dos números de celular.”


Excèlsior 20-Octubre-2007
verónica “N”

última pareja sentimental del presunto homicida con fines de antropofagia

Delatan al Caníbal en homicidio de ex novia

Su cómplice, confeso, ayudóa trasladar al panteón a la mujer mutilada

Juan Carlos Monroy Pérez, presunto cómplice de José Luis Calva Zepeda, el Caníbal de la Guerrero, lo incriminó de asesinar y mutilar a Verónica Consuelo Martínez Casarrubia, una de las víctimas cuyos restos fueron encontrados cerca del panteón de San Agustín, en Chimalhuacán, en abril de 2004.

Monroy Pérez, detenido en Chimalhuacán la noche del viernes por policías ministeriales del estado de México, admitió ante elementos de la Procuraduría General de Justicia del Estado de México (PGJEM) que ayudó a Calva Zepeda a trasladar el cuerpo de Verónica Consuelo al panteón, con quien también sostuvo una relación amorosa.

Estas declaraciones contradicen lo dicho por Calva Zepeda ante las autoridades de Chimalhuacán.

El miércoles pasado desde el hospital de Xoco, Calva Zepeda negó estar relacionado con la muerte de Consuelo.

Con base en la averiguación previa CHIM /III/1942/04, Calva Zepeda fue interrogado por más de cuatro horas sobre su responsabilidad en la muerte de Martínez Casarrubia, quien fue hallada el 30 de abril de 2004 descuartizada, empaquetada en un panteón.

Juan Carlos Monroy es pieza clave en la investigación, pues en su primera declaración ministerial confesó que tuvo una relación homosexual con Calva Zepeda en 2003, a quien compró un auto y un departamento.

Al igual que lo hizo la madrugada del pasado martes ante el Ministerio Público de la PGJDF, Calva Zepeda reconoció que sostuvo una relación sentimental con Verónica Consuelo, después de que se la presentó su amigo Juan Carlos Monroy, no obstante negó haber sido autor de su homicidio.

La Procuraduría mexiquense detuvo a Juan Carlos Monroy por su complicidad en la muerte de Verónica Consuelo en abril de 2004.

Monroy se deslindó de los otros dos homicidios de mujeres y mutilaciones posteriores que se le imputan a Calva Zepeda.

La ´Procuraduría del estado de México investiga al Caníbal de la Guerrero por el homicidio de otra mujer de nombre Marlene ocurrida también en Chimalhuacán.


El caníbal hizo cortes precisos, dice forense

Los cortes hechos al cuerpo de Alejandra Galeana Garabito no fueron los de un asesino improvisado.

José Luis Calva sabía perfectamente lo que estaba haciendo. Sólo alguien con conocimientos de anatomía o que haya visto una y otra vez las técnicas para hacer cortes a un cuerpo humano, habría hecho lo que él, señala el doctor Mario Susano Pompeyo, subdirector técnico del Servicio Médico Forense (Semefo).

Se trata de un caso singular, “fuera de lo común”, dice en entrevista al revisar los detalles más importantes del crimen “cometido por una persona de un nivel muy alto de violencia”. Para las estadísticas, este es uno de los casos que suceden rara vez en la capital del país, y que por su naturaleza atraen de inmediato la atención de la opinión pública.

Los asesinatos que terminan en el descuartizamiento de las víctimas son poco menos que frecuentes, explica el funcionario del Forense del Distrito Federal.

“En unos 20 años de servicio, creo que no ha habido más de 10 casos de descuartizamiento. Las cifras son bajas; uno o cuando mucho dos casos por año”, recuerda.

Pero nada comparado con éste, en el que hay violencia extrema, el desmembramiento del cuerpo y además un posible acto de antropofagia, señala el doctor Pompeyo.

“En primer lugar, no es fácil privar de la vida a un ser humano; luego, segmentar el cuerpo, cortarlo en varias partes es muy complicado y se requiere un lugar para hacerlo, además de tener en cuenta la cantidad de sangre que se derrama, que son unos cinco litros en el caso de una mujer de esas características (1.62 metros de estatura contra 1.70 metros de Calva Zepeda)”.

Todavía no se puede determinarque se trata de un asesino en serie

También hay que ver cómo desaparecer esa cantidad de sangre y tener los instrumentos para hacerlo, asegura.

“No es sencillo, no es fácil. Este tipo de persona debe tener cierto conocimiento de anatomía, porque en el caso particular de la señorita de la colonia Guerrero (Alejandra Galeana Garabito), el cuerpo está desarticulado, desmembrado a nivel de articulaciones”, asegura.

Los cortes fueron precisos y “limpios”, dice el subdirector técnico del Semefo.

En este caso, “la persona sí tiene ciertos conocimientos y habilidad para seccionar un cuerpo”, añade el doctor.

“Creo que se trata de una persona muy hábil, que sabe cómo desviar la atención de la autoridad”, señala Mario Susano Pompeyo.

“Ese tipo tiene toda la capacidad para hacer ese trabajo, descuartizar un cuerpo en los sitios más fáciles que son las articulaciones”, precisa.

En todo caso, José Luis Calva “es un tipo que sabe perfectamente qué hacer, es plenamente responsable de sus actos, pero no se puede decir aún que se trate de un asesino serial o en serie, porque no ha quedado establecido a plenitud que los crímenes los haya cometido él solo y esto es lo que hay que profundizar, no hay que dejar el caso sin ir a fondo”, añade.





Tiene caníbal historia de infancia difícil y abusos

En la vida de José Luis Calva Zepeda existe una persona que lo ha marcado de fondo: su madre, a quien describe como una mujer dura y castrante

En la vida de José Luis Calva Zepeda existe una persona que lo ha marcado de fondo: su madre, a quien describe como una mujer dura y castrante.

En la cama del hospital Xoco, donde permanece internado, el presunto asesino y caníbal de mujeres ha tenido conversaciones cortas con autoridades judiciales que reflejan pasajes de su vida familiar y personal.

A unos metros de su cama se escucha un radio, que cuando pasa las noticias sobre “el caníbal de la colonia Guerrero”, el personal del hospital sube el volumen. Esto irrita a José Luis, quien a veces reclama y otras veces ríe por el mote que le han puesto.

Calva Zepeda refirió que ha tenido una vida errante. Sin precisar fecha, ha dicho que vivió en una casa de huéspedes en la colonia Buenavista; que vivió en Jardines de Morelos, Ecatepec, en Nezahualcóyotl y en Gustavo A. Madero.

En una primera valoración efectuada por la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF) se le perfila como un hombre que proviene de una familia de clase media, venida a menos, que en sus inicios vivieron en la colonia Del Valle.

Sin embargo, al paso de los años remataron sus bienes y se mudaron al norte de la ciudad e incluso a algunos municipios del estado de México.

“Es un cínico, para todo tiene una respuesta; nos dice entre risas que lamenta no podernos ayudar a esclarecer algunos crímenes. Sin embargo, tiene muy claro que enfrenta una situación legal adversa, es entonces cuando se muestra preocupado”, describe una fuente de la PGJDF, cercana a la investigación.

De estos pedazos que cuenta de su vida se sabe que hace cuatro años era taxista y fue cuando conoció a Juan Pablo Monroy Pérez. Sin embargo, no habla de una relación entre ellos.
En los interrogatorios, la policía vuelve al punto y le pregunta sobre su madre. En ese momento recula, se queda callado, y no habla del tema.

De sus cinco hermanos —Patricia, Claudia, Jorge, Guadalupe y Elena—, es con los tres últimos con quienes mantiene una relación estrecha. El vínculo con la madre no se ha roto.

En agosto pasado, cuando José Luis presentó el drama Réquiem de un alma en pena en el café internet Dejá-vu, acudieron dos hermanas, un cuñado y su madre, según consta en una fotografía del expediente en poder de la Fiscalía de Homicidios.

Podría intentar suicidarse

En tanto, las primeras evaluaciones periciales siquiátricas practicadas por la Procuraduría capitalina indican que Calva fue un niño abandonado, con una infancia difícil en la que sufrió abusos quizá de tipo sexual.

Vivió condiciones de abandono, huyó de su casa y tuvo una familia desintegrada. A veces estuvo en la calle y empezó a delinquir —desde robo hasta abuso sexual—, señala Rodolfo Rojo, Coordinador de Servicios Periciales de la PGJDF.

Los exámenes han confirmado su estado depresivo y “el riesgo de que intente quitarse la vida en prisión o durante el proceso”, advierte Rojo.

Por eso, se considera conveniente vigilarlo de forma especial cuando sea enviado al reclusorio, pues con sus antecedentes, depresión y el abuso de drogas y alcohol “podría intentar de nuevo el suicidio, no como una salida ante el hecho de ser descubierto por los asesinatos, sino como parte de su proceso de desgaste”, añade.

El doctor Rojo lleva cerca de nueve meses como coordinador de Servicios Periciales y en ese lapso y en su carrera no recuerda un caso tan delicado y fuerte como éste.

Una primera exploración hecha por un equipo de peritos siquiatras establece rasgos sociópatas en la personalidad de Calva.

Los encargados de entrevistar a Calva Zepeda han establecido también que tiene capacidad de saber lo que hace y que estaba consciente de lo que sucedía el día que se descubrió el asesinato de Alejandra Galeana Garabito en el departamento que rentaba en Mosqueta 198-17.

Pero hay un aspecto que no han podido confirmar los peritos de la PGJDF: la versión sobre una primera unión de José Luis Calva Zepeda con otra mujer con la que habría tenido dos hijos a finales de los 90.

Agrega que “esta persona tuvo una buena época en su vida tras pasar largo tiempo en las calles; vivió en diversos sitios y empezó a ganar buen dinero con los textos que vendía, pero sus estados depresivos lo fueron llevando a consumir alcohol sin control y más tarde empezó a usar cocaína”.

Al parecer, José Luis Calva Zepeda no tenía salida. Su dependencia y necesidad de realizar fantasías cada más graves lo fueron acorralando, agrega Rodolfo Rojo.

9.10.07

De la presentación de "México y sus asesinos seriales"

las fotos de los padrinos de mi libro, entrañables maestros y amigos, Rafael Aviña y José Xavier Navar


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Escribía su propia historia de terror

ICELA LAGUNAS Y NOTIMEX
El Universal

Martes 09 de octubre de 2007

Un fracasado escritor cinematográfico de novelas de terror es señalado como el responsable del descuartizamiento de mujeres, a quienes abandonaba en la vía pública, en bolsas.

El terror que quiso plasmar en sus escritos José Luis Zepeda Kawa lo llevó presuntamente hasta la realidad con sus parejas.

Después de días de no ser visto y de que vecinos de la colonia Guerrero percibieron un desagradable olor fétido, proveniente de su departamento, denunciaron la situación a la Policía Judicial.

Al llegar la policía capitalina al departamento 17 del número 198 en calle Mosqueta, Zepeda Kawa intentó huir, pero fue atropellado durante la persecución, y luego detenido.

En una de las recámaras fue localizado el cuerpo de una mujer de 30 años, que estaba mutilada de la mano y la pierna derecha. Los vecinos la reconocieron como Alejandra Galiana Garabito, pareja del presunto escritor.

LO DENUNCIAN

Tras enterarse de la captura, Judith Casarrubia Reynoso alertó a la policía de que el hombre era el mismo que el 24 de abril de 2004 secuestró a su hija y abandonó el cuerpo mutilado en un panteón de Chimalhuacán.

Detalló que su hija trabajaba en una farmacia de similares, donde un amigo, de nombre Juan Carlos Monroy Pérez, le presentó al presunto escritor. Las autoridades indagan al sujeto y el supuesto vínculo entre el asesino y sus víctimas.

La reina del sur

Linda no??

esta bella mujer inspiró la novela de La Reina del Sur, y obviamente el corrido del mismo título, en el segundo video, que es de los Tucanes de Tijuana, se menciona expresamente la existencia de la Reyna, chequen ese corrido llamado "Fiesta en la sierra," el cual es de los mejores y más claros que he escuchado






3.10.07

70 años de cárcel a joven que descuartizó a sus padres

Un juez mexicano del Distrito Federal sentenció hoy al joven Miguel Ángel Marín Zúñiga a una pena de 70 años de cárcel por asesinar a sus padres, a quienes descuartizó y ocultó en la caja de un televisor.

Marín, quien confesó ambos crímenes, trasladó los cadáveres a un paraje solitario del central estado de Hidalgo, vecino de la capital mexicana, donde le prendió fuego al vehículo en el que los trasladó, informó hoy la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF) en un comunicado.

El juez 52 penal del Reclusorio Preventivo Oriente condenó al homicida a pagar además una multa de 89.832 pesos mexicanos (8.166 dólares) por reparación de daño por los delitos de "homicidios calificados diversos".

Según las autoridades, el pasado 12 de enero el parricida, de unos 25 años, sostuvo una fuerte discusión con sus progenitores Marco Antonio Marín y Patricia Elena Zúñiga, porque tomó dinero para comprar un teléfono celular sin su consentimiento.
Durante la discusión Marín empujó a su padre, quien cayó en el piso y convulsionó.
La madre tomó el teléfono para pedir auxilio, pero su hijo pensó que llamaría a la policía, por lo que se dirigió a la cocina y tomó dos cuchillos, uno de los cuales le clavó en el abdomen, y el segundo lo hundió en el corazón de su padre.

El joven cercenó los cadáveres, los ocultó en la caja de un televisor y los trasladó hasta el kilómetro uno de la carretera Tepatepec, en el estado de Hidalgo.

En ese lugar, arrojó gasolina a los cuerpos dentro del automóvil y formó una mecha con vendas conectadas al depósito del automóvil, les prendió fuego y luego regresó al Distrito Federal.

Para que los cadáveres fueran reconocidos, arrojó los documentos del vehículo a unos metros del incendio, por lo que fue llamado por las autoridades para que identificara los restos de sus padres.

Durante el interrogatorio, Marín "cayó en contradicciones y terminó por confesar su responsabilidad en el doble crimen".