70 años de cárcel a joven que descuartizó a sus padres
Un juez mexicano del Distrito Federal sentenció hoy al joven Miguel Ángel Marín Zúñiga a una pena de 70 años de cárcel por asesinar a sus padres, a quienes descuartizó y ocultó en la caja de un televisor.
Marín, quien confesó ambos crímenes, trasladó los cadáveres a un paraje solitario del central estado de Hidalgo, vecino de la capital mexicana, donde le prendió fuego al vehículo en el que los trasladó, informó hoy la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF) en un comunicado.
El juez 52 penal del Reclusorio Preventivo Oriente condenó al homicida a pagar además una multa de 89.832 pesos mexicanos (8.166 dólares) por reparación de daño por los delitos de "homicidios calificados diversos".
Según las autoridades, el pasado 12 de enero el parricida, de unos 25 años, sostuvo una fuerte discusión con sus progenitores Marco Antonio Marín y Patricia Elena Zúñiga, porque tomó dinero para comprar un teléfono celular sin su consentimiento.
Durante la discusión Marín empujó a su padre, quien cayó en el piso y convulsionó.
La madre tomó el teléfono para pedir auxilio, pero su hijo pensó que llamaría a la policía, por lo que se dirigió a la cocina y tomó dos cuchillos, uno de los cuales le clavó en el abdomen, y el segundo lo hundió en el corazón de su padre.
El joven cercenó los cadáveres, los ocultó en la caja de un televisor y los trasladó hasta el kilómetro uno de la carretera Tepatepec, en el estado de Hidalgo.
En ese lugar, arrojó gasolina a los cuerpos dentro del automóvil y formó una mecha con vendas conectadas al depósito del automóvil, les prendió fuego y luego regresó al Distrito Federal.
Para que los cadáveres fueran reconocidos, arrojó los documentos del vehículo a unos metros del incendio, por lo que fue llamado por las autoridades para que identificara los restos de sus padres.
Durante el interrogatorio, Marín "cayó en contradicciones y terminó por confesar su responsabilidad en el doble crimen".
Marín, quien confesó ambos crímenes, trasladó los cadáveres a un paraje solitario del central estado de Hidalgo, vecino de la capital mexicana, donde le prendió fuego al vehículo en el que los trasladó, informó hoy la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF) en un comunicado.
El juez 52 penal del Reclusorio Preventivo Oriente condenó al homicida a pagar además una multa de 89.832 pesos mexicanos (8.166 dólares) por reparación de daño por los delitos de "homicidios calificados diversos".
Según las autoridades, el pasado 12 de enero el parricida, de unos 25 años, sostuvo una fuerte discusión con sus progenitores Marco Antonio Marín y Patricia Elena Zúñiga, porque tomó dinero para comprar un teléfono celular sin su consentimiento.
Durante la discusión Marín empujó a su padre, quien cayó en el piso y convulsionó.
La madre tomó el teléfono para pedir auxilio, pero su hijo pensó que llamaría a la policía, por lo que se dirigió a la cocina y tomó dos cuchillos, uno de los cuales le clavó en el abdomen, y el segundo lo hundió en el corazón de su padre.
El joven cercenó los cadáveres, los ocultó en la caja de un televisor y los trasladó hasta el kilómetro uno de la carretera Tepatepec, en el estado de Hidalgo.
En ese lugar, arrojó gasolina a los cuerpos dentro del automóvil y formó una mecha con vendas conectadas al depósito del automóvil, les prendió fuego y luego regresó al Distrito Federal.
Para que los cadáveres fueran reconocidos, arrojó los documentos del vehículo a unos metros del incendio, por lo que fue llamado por las autoridades para que identificara los restos de sus padres.
Durante el interrogatorio, Marín "cayó en contradicciones y terminó por confesar su responsabilidad en el doble crimen".
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