19.9.06

Son asesinadas 1,300 mujeres al año

Excélsior / 19/09/06
En México hay 42 casas que no tienen rótulos en la puerta ni una señal que las identifique. Algunas veces hay policías tras el portón, ventanas enrejadas y un circuito cerrado de televisión que vigila las áreas comunes. En estos lugares viven escondidas mil 300 personas: son mujeres con uno o dos hijos que huyeron de un hombre violento que los maltrataba.

Su decisión y la suerte de conseguir un espacio, en ocasiones las salva de formar parte de las estadísticas nacionales que indican que cada semana 25 mujeres son asesinadas. En la mitad de los casos el homicida fue un familiar, y en casi todos su propia pareja.

No todas las mujeres maltratadas tienen a dónde huir. En Guerrero, Campeche, Jalisco, Baja California Sur y Estado de México (la entidad con más feminicidios) no existe ese tipo de refugios donde –algunas veces, según cada institución— las víctimas reciben terapias psicológicas, asesoría legal, capacitación para conseguir un empleo, protección y atención para sus hijos.

En promedio, las mujeres que viven en esos lugares intentaron nueve veces dejar a su agresor, pero fue hasta la décima cuando lo consiguieron. En casas como "Nuevas Opciones de Vida", de Saltillo, Coahuila, la mitad de los niños que llegan habían sido abusados sexualmente por su padre o padrastro.

Son pocas las mujeres que huyen y rompen con el círculo de la violencia familiar, y miles las que viven escuchando decir al hombre que alguna vez amaron que "no sirven para nada"; recibiendo golpizas o jaloneos, o viendo cómo maltratan a sus hijos; soportando violaciones sexuales; encerradas con la prohibición de visitar a familiares o hablar con los vecinos, además de que no reciben dinero para el gasto, según el tipo de violencia –física, emocional o económica– que padezcan.

"En general, padecen golpes con la mano o con objetos domésticos, Conforme la espiral de la violencia aumenta, comienzan a cambiar los patrones y reciben bofetadas, golpes en sitios donde se ve; con el tiempo se los dan donde no se nota y en un 0.5 por ciento de los casos llegan a usar armas de fuego o punzocortantes", afirmó Aurora del Río, directora general adjunta de Equidad de Género de la Secretaría de Salud.

Agregó que las mujeres pierden al lado de su agresor una tercera parte de su vida saludable y la violencia que sufren es un problema crítico de salud pública.

Éstas son sólo algunas de las afirmaciones y cifras oficiales proporcionadas ayer en el "Primer Encuentro Interamericano de Refu-gios", donde participaron funcionarios del Inmujeres, Instituto Nacional de Desarrollo Social (Indesol), Secretaría de Salud (Ssa), la Red Nacional de Refugios, así como diversas ONG.

"Se tiene que entender que cuando un hombre amenaza a una mujer con que la va a matar, sí la va a matar, ya después que la ley se entienda con él, a ella hay que salvarla", advirtió en el encuentro la representante de la Ssa.

Agregó que mil 300 mujeres son asesinadas al año y que el problema de los feminicidios es muy serio a nivel nacional. "Los estados que tienen menos casos, de todos modos tienen un problema serio, pues reportan un 10 por ciento de mujeres en situaciones de violencia", dijo a Excélsior.


Prenden focos rojos

Según la Red Nacional de Refugios, el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI) reporta que una de cada dos mujeres ha sufrido algún incidente de violencia por parte de su pareja.

"La familia es la instancia más confiable para los mexicanos y, sin embargo, es donde más crímenes se cometen con impunidad contra mujeres y niños, es donde más derechos se vulneran", advirtió Margarita Guillé, directora de la Red Nacional de Refugios.

En el acto se informó que se necesitan más refugios, mejorar la atención a las víctimas, mantener el esfuerzo en la lucha de género, políticas públicas que maximicen las labores de los albergues, leyes adecuadas y estandarizadas en cada estado, presupuesto etiquetado para combatir la violencia intrafamiliar y capacitar para el trabajo a las mujeres asiladas.

Guillé dijo que aunque los albergues hagan su parte, se necesitan reformas legislativas para proteger a las víctimas de violencia, pues no hay órdenes de restricción que impidan al agresor acercarse o que sean ellas las expulsadas de la casa.

Martín de la Rosa, titular del Indesol, señaló que en un estudio realizado en 14 albergues que atendieron a 2 mil 697 personas se encontró que las mujeres acogidas tienen, en promedio, de 18 a 33 años y uno o dos hijos. Y que al 95 por ciento de ellas se les diagnosticó violencia sicológica, a 85 física y a 62 por ciento económica.

"Este es un problema social y violenta los derechos humanos de las mujeres; es responsabilidad del gobierno, de los y las legisladoras, del sistema judicial y de toda la sociedad. También es un desafío cómo lograr una sanción social efectiva a esta violencia para que podamos ir avanzando en su eliminación", dijo durante la inauguración del trabajo de tres días –en el Hotel Radisson– Teresa Rodríguez, del Fondo de Desarrollo de las Naciones Unidas para la Mujer (Unifem).

¿Qué es la violencia doméstica?

Si tu pareja, un familiar o la persona con la que convives habitualmente te:

Amenaza

Insulta

Culpabiliza de todo lo malo que ocurre en casa

Humilla

Impide relacionarte con amistades o familiares

Controla tu correspondencia y llamadas telefónicas

Impide tu acceso al dinero u obliga a rendir cuentas de todos tus gastos

Golpea

Obliga a mantener relaciones sexuales

...estás sufriendo malos tratos

El maltrato es una grave violación de los derechos humanos. Nadie tiene derecho a maltrate y no hay motivo que lo justifique.

¿Qué hacer en caso de maltrato doméstico?

Ante un ataque inminente, si puedes, llama a la policía para que te proteja.

Una vez ocurrida la agresión, cuéntaselo a una persona de confianza y solicita su ayuda.

Si tienes lesiones físicas o psíquicas, o crees que puedes tenerlas, acude a un Centro Médico. Explica el origen de las lesiones y solicita copia del informe médico.
Los agresores no temen a la sanción


Un cuchillo le provocó varias heridas en el brazo derecho y espalda. En la cara se le detectaron hematomas por un puñetazo y el golpe con un palo. La última ocasión perdió el conocimiento; fue después de una discusión.

Eso fue lo que sufrió María "N", una de las 51 mujeres que cada 24 horas se presentan a la Procuraduría capitalina por haber sido víctimas de una agresión de su pareja.

Su esposo no quería que lo abandonara, tenía celos de sus vecinos. Según su relato, "en la casa hablaba muy poco y se guardaba sus sentimientos".

La violencia contra las mujeres que en la Ciudad de México viven en pareja se presenta en hogares de cualquier nivel económico o estrato social.

"Últimamente hemos tenido mujeres sumamente maltratadas, con lesiones graves, incluso se puede hablar de tentativa de homicidio", señaló Amada Domínguez Adame, directora del Centro de Atención a la Violencia Intrafamiliar (CAVI).

En los últimos seis años, informó, se han documentado agresiones a 104 mil 519 mujeres, víctimas de violencia familiar.

Los legisladores capitalinos aprobaron en 1996 la Ley de Asistencia y Prevención a la Violencia Familiar en el Distrito Federal que establece sanciones de seis meses a cuatro años de prisión, la pérdida de "derechos" sobre la víctima y los hijos.

Sin embargo, las agresiones y el maltrato de hombres hacia las mujeres continúan y las lesiones físicas y sicológicas que presentan son brutales. Para la funcionaria se necesita una campaña para erradicar esta situación.

"Urge desarrollar una campaña en el ámbito nacional, hacer un trabajo profundo en escuelas primarias, secundarias y preparatorias para que niños y jóvenes sepan cuáles son sus derechos y puedan identificar la violencia familiar", señaló Domínguez Adame.

La Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF) ha detectado dos perfiles de hombres que agraden a sus parejas.

En el primero se ubican los sujetos que son violentos en su hogar. Por lo general su violencia es emocional y cuando llega a ser física no provoca grandes lesiones. Por ejemplo, puede únicamente jalonear, por lo que la víctima lo percibe como normal.

Sin embargo, este tipo de hombres puede llegar a matar a sus parejas.

En ocasiones, cuando sienten que los van a abandonar, llegan a decir que están arrepentidos y prometen no volverlo hacer. Pero eso no es garantía: desafortunadamente perderá el control de nuevo.

El otro grupo tiene un comportamiento mucho más agresivo. Aparte de violentar a su víctima emocionalmente, lo hace con golpizas severas. Las personas con esta tipología tienen más probabilidades de mandar a sus víctimas al hospital o de asesinarlas.

La directora del CAVI dijo que este organismo dependiente de la PGJDF precisó que de 2001 a julio de 2006 se dio atención psicológica a 158 mil 480 personas y legalmente se asesoró, en ese lapso, a 125 mil 689 mujeres.

Agregó que el grupo de abogados adscritos al centro ha dado seguimiento a las averiguaciones previas iniciadas y las ha asistido en todo momento.

Logró llegar al amparo de 16 mil 430 personas de 2001 a julio de 2006, mientras que se atendió médicamente a 10 mil 655.

La funcionaria explicó que cuando la víctima presenta algún tipo de lesión física, es canalizada al área médica para su revisión, y luego pasan al área de Trabajo Social, para detectar ahí los factores generadores de maltrato.
Con el dolor a cuestas

Tras varios años de recibir golpes y maltratos, ella por fin pudo separarse de su violento marido. Se llevó consigo a sus dos niños y consiguió la separación. Pensó que ya se había salvado de él, cuando un juez de Monclova, Coahuila, dictaminó que su ex esposo tenía "derecho de convivencia".


Un día que el hombre tenía permitido visitar a sus hijos de cinco y cuatro años, los mató.
Este caso, sucedido hace apenas dos meses, dio pie a que Alma Rosa Hernández Martínez, directora del albergue para mujeres maltratadas "Nuevas opciones de vida", de Saltillo, exigiera una reforma a las leyes que desamparan a las víctimas de violencia.


"La ley nos ata, y a ellas las obliga a ser muchas cosas que no quieren hacer", dice en entrevista con Excélsior.


El albergue en el que trabaja es custodiado por policías y vigilado por cámaras de circuito cerrado, pero aun así es vulnerable. "A veces hemos hablado a la policía cuando algún esposo agresivo está afuera y quiere sacar a su esposa, y la policía no viene. A veces tenemos albergadas a esposas de narcos, judiciales, policías o mujeres que fueron usadas por pandillas para la trata de blancas", dice.


Entre las enmiendas legislativas que propone, la primera es que la violencia intrafamiliar se siga de oficio. "Muchos Ministerios Públicos no les hacen caso a las mujeres porque a veces denuncian y retiran la denuncia, pero eso no significa que dejaron de maltratarla, pueden pasar años sin que ella se atreva a denunciar a su agresor porque está inmersa en un ciclo de violencia y no va a darse cuenta si no recibe tratamiento", explica.


Propone también que si se va a permitir a los padres maltratadores ver a sus hijos, antes deben ser enviados a tratamientos sicológicos y que las visitas sean supervisadas para que entiendan que su ex pareja y sus hijos están protegidos legalmente y no pueden agredirlos sin ser castigados.


Se pronunció también porque se atiendan las quejas de abuso sexual. "A muchas no les hacen caso porque no saben que no tienen que cambiarse y bañarse para presentar la queja, y al llegar al Ministerio Público les dicen que les hacen pruebas o bien que sus heridas no son de gravedad, y nos les hacen caso".


Y pregunta: "¿A poco tienen que ir heridas de muerte para que las atiendan?".