26.5.06

Centro Histórico rodeado de crímenes

Es la más turística y política. La que guarda secretos de la historia mexicana. Miles de compradores y vendedores caminan por sus calles y la ecualizan con sus gritos de oferta. Cada segundo el dinero cambia de mano. Es las más pintoresca, pero también la colonia más peligrosa del DF.

En el Centro, el asalto a transeúnte, boquetazos a negocios, furia de ambulantes, riñas y homicidios atemorizan a casi 5 millones de personas que diario la cruzan.

Laura Ramírez es diseñadora y tiene una microempresa de ropa. Cada semana acude al centro a surtirse de material. En diciembre fue víctima de la delincuencia. Caminaba por Correo Mayor y Moneda. No se fijó que alguien observó dónde llevaba su bolsa de mano. "Entre la multitud, te observan, detectan dónde traes tu bolsa y se te avientan y se llevan lo que agarren". Nunca se dio cuenta que su celular y las llaves de su casa habían desaparecido, hasta que quiso entrar a su hogar.

Las farderas operan en tiendas de ropa o artículos varios. Van en grupos de tres o cuatro, visten faldas y suéteres largos; mientras unas distraen a vendedores, otras sustraen prendas y las guardan entre sus ropas holgadas.

Algunos aprovechan para estafar. Como a Juan Torres. Alguien se le acercó y le ofreció un cheque de mil pesos al portador, por 200 pesos. El argumento fue que le urgía cobrar, pero no podían esperar al día siguiente. Juan no cayó.

Otro delito que azota a los comerciantes del Centro son los boquetazos. Son comandos que operan en la noche para ingresar desde los pequeños cuartos de azotea a tiendas de ropa o sucursales bancarias.

El 16 de abril, Rona Olarte, cajera de una tienda de ropa en Madero, trató de abrir el negocio, halló una chapa abierta, las otras no fueron forzadas. Al abrir, miró sopletes, marros, taladros, lámparas, cascos de minero y ropa de mezclilla tirados.

En una pared vio un enorme hueco sopleteado y perforado. Era el muro que comparte el negocio con una sucursal bancaria. Cuenta que los ladrones no alcanzaron a entrar al banco, pues se toparon con un muro metálico.... Se llevaron 100 mil pesos de la tienda y unas 100 prendas.
El robo a joyerías es común en el Centro. Sujetos armados amenazan a dueños o encargados y les piden el dinero de la venta o se llevan joyas.

Casi en la esquina de Madero y eje Central, un uniformado que prefiere el anonimato comenta que aun cuando ellos deben evitar la presencia de ambulantes, los deben tolerar a cambio de su propia seguridad.

"Son como perros: cuando uno corre, se te avientan y si vas caminando, nomás van atrás de ti metiéndote miedo". Es la ley de la mayoría, la del más fuerte. Si detienen a uno, se avisan con silbidos o mediante radio y liberan a su compañero.

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