Martha Beck a escena
Martha y Ray a escena
Ricardo Ham
Muchos años antes de que las salas de chat fueran el sitio ideal para ligar y buscar citas a ciegas que no siempre llegan a feliz término, las secciones de corazones solitarios de las revistas eran campo fértil para todos aquellos que buscaban un poco de aventura romántica. Lo que pudiera iniciar como un dulce y amoroso sueño bien podría terminar como una horrible y bien remunerada pesadilla.
El 28 de diciembre de 1947 daría inicio la tormentosa relación entre la obesa enfermera Martha Beck y el expresidiaro de ascendencia latina Raymond Fernández. Martha y Raymond pasarían a la historia como uno de los pocos casos de asesinos seriales que trabajan en pareja, aquellos que de manera conjunta realizan el homicidio codependientemente, debido a su imposibilidad para cometer los crímenes solos.
Martha, era una enfermera, solterona, obesa y físicamente poco agraciada cuyo temprano desarrollo físico le trajo rápidamente el acoso de hombres mucho mayores a ella, a este acoso hay que agregarle el de su hermano mayor quien constantemente la violaba y amenazaba de muerte. Martha engendró dos hijos antes de los 24 años de edad pero terminó abandonándolos para correr al encuentro con Raymond en 1947. Martha había sufrido bastante la falta de cariño, esto endureció su carácter convirtiéndola en una persona francamente fea y amargada, pero al conocer a Fernández, todo esto cambió. Por su parte Ray era el clásico latin lover, de ascendencia española pero nacido en Hawaii, encontró en las mujeres solteronas una fuente muy redituable de trabajo, durante años Ray mostró un marcado interés hacia el hipnotismo, estaba seguro de tener la facultad de poder dominar a las mujeres a través de sus cartas.
La singular pareja consiguió ponerse en contacto gracias a la sección de corazones solitarios que manejan ciertas revistas en la unión americana, Raymond ya recurría sistemáticamente a estos anuncios para conseguir víctimas mientras que Martha llegó a esta sección mediante una broma por parte de sus primas sin sospechar jamás que esto cambiaría el rumbo de su vida. Tras un ardiente intercambio de cartas y fotografías, Beck y Fernández se encuentran por primera ocasión en casa de Martha y a partir de entonces sólo la muerte es capaz de separarlos. Juntos mantuvieron una exitosa carrera criminal que sobrepasa la media docena de homicidios, la táctica era sencilla; Fernández contactaba mediante correspondencia a mujeres adultas, solas y adineradas con el fin de enamorarlas y unirse en matrimonio con ellas para después de despojarlas de todo su dinero y desaparecerlas del mapa con la excelente ayuda de Martha (quien se hacia pasar por su hermana) y automáticamente heredar o simplemente adueñarse de las pertenencias de la confiada víctima.
Todo parecía perfecto hasta que la naturaleza insegura de Martha comenzó a manifestarse, los celos enfermizos de nuestra obesa protagonista fueron los únicos capaces de terminar la prometedora carrera homicida de la pareja, Beck simplemente no soportaba el contacto sexual de Raymond con sus victimas, motivo más que suficiente para que comenzara a cometer graves errores que atrajeron la atención de sus vecinos, quienes comenzaron a sospechar de la singular pareja.
Martha y Raymond fueron denunciados y capturados, su cita con la silla eléctrica ocurrió el 8 de marzo del 1951 en la cárcel de Sing Sing, New York.
The Honeymoon Killers
La primera y única película dirigida por Leonard Kastle nos introduce al extraño mundo de los anuncios para solteros, retomado más tarde por la cinta Prohibida Obsesión, basada en la historia verídica de Martha Beck (Shirley Stoler) y Raymond Fernández (Tony Lo Bianco).
Con una pésima fotografía, claros errores de edición, así como filtraciones de luz a lo largo de toda la cinta, este filme ha logrado consolidarse en base a su extremo realismo, como todo un clásico del cine de los serial killers.
Filmada en varios de los sitios donde ocurrieron los asesinatos reales, la película muestra la enferma relación de esta singular pareja así como algunos homicidios tal y como sucedieron. Las escenas de los martillazos de Martha a la cabeza de una anciana es verdaderamente escalofriante pero la extraña excitación sexual de Raymond después de matar a su primera victima y los fallidos intentos de suicidio de Martha no se quedan atrás y hacen ver la buena interpretación de las actuaciones estelares.
Carente de imaginación respecto a algunas tomas y diálogos, Kastle dejó como único legado y muestra de su trabajo esta cinta sin trascendencia en el cine comercial, se mantiene como muestra de lo enfermizo que puede ser una relación amorosa.
Los Honey a la Mexicana
Quien esto escribe puede presumir de haber visto una buena cantidad de películas basadas en asesinos reales, ya sean homicidas seriales o no, sin embargo, solamente una vez (como dijera la canción) he visto que un director dedique su filme a un asesino, este es el caso del mexicano Arturo Ripstein que sin el menor remordimiento rinde un homenaje a “los asesinos de la luna de miel” en la cinta Profundo Carmesí (1996); versión nacional de la película de Leonard Kastle. En el remake de Ripstein, Martha y Raymond se convierten en Coral y Nicolás. Resulta evidente que la película se torna larga y aburrida al compararla con el filme original, aunque Ripstein se comprometió más con lo artístico en esta historia, Kastle lo supera en veracidad y manejo de actores, Shirley Stoler y Tony Lou Bianco superan por mucho lo realizado por Giménez Cacho y Regina Orozco. Incluso Kastle hace tan odiosos y creíbles los papeles de las mujeres asesinadas por los amantes sanguinarios que incluso podríamos agradecerles que lo hayan hecho.
Por cierto, hace algunas semanas la jarocha Salma Hayek anunció con bombo y platillo que subirá muchos kilos de más para revivir cinematográficamente a Martha Beck al lado de Jared Leto quien encarnará al buen amigo Ray Fernández.
Honey moon killers
La primera y única película dirigida por Leonard Kastle nos introduce al extraño mundo de los anuncios para solteros, (retomado más tarde por la cinta Prohibida obsesión) basada en la historia verídica de Martha Beck (Shirley Stoler) y Raymond Fernández (Tony Lo Bianco).
Con una pésima fotografía, claros errores de edición , así como filtraciones de luz a lo largo de toda la cinta, este filme ha logrado consolidarse en base a su extremo realismo, como todo un clásico del género de los SK.
Filmada en varios de los sitios donde ocurrieron los asesinatos reales, la película muestra la enferma relación de esta singular pareja así como algunos homicidios tal y como sucedieron, las escenas de los martillazos de Martha a la cabeza de una anciana es verdaderamente escalofriante pero la extraña excitación sexual de Raymond después de matar a su primera victima y los fallidos intentos de suicidio de Martha no se quedan atrás y hacen ver la buena interpretación de las actuaciones estelares.
Carente de imaginación respecto a algunas tomas y diálogos, Kastle dejó como único legado y muestra de su trabajo esta cinta sin trascendencia en el cine comercial, se mantiene como muestra de lo enfermizo que puede ser una relación amorosa.
Ricardo Ham
Muchos años antes de que las salas de chat fueran el sitio ideal para ligar y buscar citas a ciegas que no siempre llegan a feliz término, las secciones de corazones solitarios de las revistas eran campo fértil para todos aquellos que buscaban un poco de aventura romántica. Lo que pudiera iniciar como un dulce y amoroso sueño bien podría terminar como una horrible y bien remunerada pesadilla.
El 28 de diciembre de 1947 daría inicio la tormentosa relación entre la obesa enfermera Martha Beck y el expresidiaro de ascendencia latina Raymond Fernández. Martha y Raymond pasarían a la historia como uno de los pocos casos de asesinos seriales que trabajan en pareja, aquellos que de manera conjunta realizan el homicidio codependientemente, debido a su imposibilidad para cometer los crímenes solos.
Martha, era una enfermera, solterona, obesa y físicamente poco agraciada cuyo temprano desarrollo físico le trajo rápidamente el acoso de hombres mucho mayores a ella, a este acoso hay que agregarle el de su hermano mayor quien constantemente la violaba y amenazaba de muerte. Martha engendró dos hijos antes de los 24 años de edad pero terminó abandonándolos para correr al encuentro con Raymond en 1947. Martha había sufrido bastante la falta de cariño, esto endureció su carácter convirtiéndola en una persona francamente fea y amargada, pero al conocer a Fernández, todo esto cambió. Por su parte Ray era el clásico latin lover, de ascendencia española pero nacido en Hawaii, encontró en las mujeres solteronas una fuente muy redituable de trabajo, durante años Ray mostró un marcado interés hacia el hipnotismo, estaba seguro de tener la facultad de poder dominar a las mujeres a través de sus cartas.
La singular pareja consiguió ponerse en contacto gracias a la sección de corazones solitarios que manejan ciertas revistas en la unión americana, Raymond ya recurría sistemáticamente a estos anuncios para conseguir víctimas mientras que Martha llegó a esta sección mediante una broma por parte de sus primas sin sospechar jamás que esto cambiaría el rumbo de su vida. Tras un ardiente intercambio de cartas y fotografías, Beck y Fernández se encuentran por primera ocasión en casa de Martha y a partir de entonces sólo la muerte es capaz de separarlos. Juntos mantuvieron una exitosa carrera criminal que sobrepasa la media docena de homicidios, la táctica era sencilla; Fernández contactaba mediante correspondencia a mujeres adultas, solas y adineradas con el fin de enamorarlas y unirse en matrimonio con ellas para después de despojarlas de todo su dinero y desaparecerlas del mapa con la excelente ayuda de Martha (quien se hacia pasar por su hermana) y automáticamente heredar o simplemente adueñarse de las pertenencias de la confiada víctima.
Todo parecía perfecto hasta que la naturaleza insegura de Martha comenzó a manifestarse, los celos enfermizos de nuestra obesa protagonista fueron los únicos capaces de terminar la prometedora carrera homicida de la pareja, Beck simplemente no soportaba el contacto sexual de Raymond con sus victimas, motivo más que suficiente para que comenzara a cometer graves errores que atrajeron la atención de sus vecinos, quienes comenzaron a sospechar de la singular pareja.
Martha y Raymond fueron denunciados y capturados, su cita con la silla eléctrica ocurrió el 8 de marzo del 1951 en la cárcel de Sing Sing, New York.
The Honeymoon Killers
La primera y única película dirigida por Leonard Kastle nos introduce al extraño mundo de los anuncios para solteros, retomado más tarde por la cinta Prohibida Obsesión, basada en la historia verídica de Martha Beck (Shirley Stoler) y Raymond Fernández (Tony Lo Bianco).
Con una pésima fotografía, claros errores de edición, así como filtraciones de luz a lo largo de toda la cinta, este filme ha logrado consolidarse en base a su extremo realismo, como todo un clásico del cine de los serial killers.
Filmada en varios de los sitios donde ocurrieron los asesinatos reales, la película muestra la enferma relación de esta singular pareja así como algunos homicidios tal y como sucedieron. Las escenas de los martillazos de Martha a la cabeza de una anciana es verdaderamente escalofriante pero la extraña excitación sexual de Raymond después de matar a su primera victima y los fallidos intentos de suicidio de Martha no se quedan atrás y hacen ver la buena interpretación de las actuaciones estelares.
Carente de imaginación respecto a algunas tomas y diálogos, Kastle dejó como único legado y muestra de su trabajo esta cinta sin trascendencia en el cine comercial, se mantiene como muestra de lo enfermizo que puede ser una relación amorosa.
Los Honey a la Mexicana
Quien esto escribe puede presumir de haber visto una buena cantidad de películas basadas en asesinos reales, ya sean homicidas seriales o no, sin embargo, solamente una vez (como dijera la canción) he visto que un director dedique su filme a un asesino, este es el caso del mexicano Arturo Ripstein que sin el menor remordimiento rinde un homenaje a “los asesinos de la luna de miel” en la cinta Profundo Carmesí (1996); versión nacional de la película de Leonard Kastle. En el remake de Ripstein, Martha y Raymond se convierten en Coral y Nicolás. Resulta evidente que la película se torna larga y aburrida al compararla con el filme original, aunque Ripstein se comprometió más con lo artístico en esta historia, Kastle lo supera en veracidad y manejo de actores, Shirley Stoler y Tony Lou Bianco superan por mucho lo realizado por Giménez Cacho y Regina Orozco. Incluso Kastle hace tan odiosos y creíbles los papeles de las mujeres asesinadas por los amantes sanguinarios que incluso podríamos agradecerles que lo hayan hecho.
Por cierto, hace algunas semanas la jarocha Salma Hayek anunció con bombo y platillo que subirá muchos kilos de más para revivir cinematográficamente a Martha Beck al lado de Jared Leto quien encarnará al buen amigo Ray Fernández.
Honey moon killers
La primera y única película dirigida por Leonard Kastle nos introduce al extraño mundo de los anuncios para solteros, (retomado más tarde por la cinta Prohibida obsesión) basada en la historia verídica de Martha Beck (Shirley Stoler) y Raymond Fernández (Tony Lo Bianco).
Con una pésima fotografía, claros errores de edición , así como filtraciones de luz a lo largo de toda la cinta, este filme ha logrado consolidarse en base a su extremo realismo, como todo un clásico del género de los SK.
Filmada en varios de los sitios donde ocurrieron los asesinatos reales, la película muestra la enferma relación de esta singular pareja así como algunos homicidios tal y como sucedieron, las escenas de los martillazos de Martha a la cabeza de una anciana es verdaderamente escalofriante pero la extraña excitación sexual de Raymond después de matar a su primera victima y los fallidos intentos de suicidio de Martha no se quedan atrás y hacen ver la buena interpretación de las actuaciones estelares.
Carente de imaginación respecto a algunas tomas y diálogos, Kastle dejó como único legado y muestra de su trabajo esta cinta sin trascendencia en el cine comercial, se mantiene como muestra de lo enfermizo que puede ser una relación amorosa.
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